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ORÍGENES

 

Para explicar el origen de "El Noborigama" y de qué estamos hablando cuando la asociamos con Areguá, la ciudad alfarera, debemos remontarnos al año 2005, cuando una misión de la Agencia Japonesa de Cooperación Internacional (JICA, por sus siglas en inglés), llegó a la capital del Departamento Central.

Los productores de arte en barro son expertos en diseño y cocción de materiales como jarrones, ánforas, cántaros e incluso objetos más pequeños como alcancías, platos, cazuelas, entre otros decorativos. Los japoneses se dieron cuenta del talento que existía en Paraguay por lo que su objetivo fue darle un valor agregado al producto y hacerlo más competitivo, teniendo en cuenta las crecientes exigencias del mercado.

 

Para lograr esa simbiosis entre tecnología y arte, los japoneses se reunieron con la Asociación de Artesanos Aregueños (AAA) y materializaron un convenio que incluyó la construcción de un horno llamado “Noborigama”. El término, en español, significa “horno escalonado” y básicamente consiste en una especie de tatakua gigante de tres niveles donde los productos de alfarería adquieren una textura y coloración característicos de la porcelana.

Ocho miembros de la AAA fueron al extranjero a capacitarse para venir a Paraguay a compartir con sus compañeros del gremio el método de utilización del horno. Una vez que la tecnología y el conocimiento fueron transferidos, los aregueños empezaron a mejorar su arte.

Como el horno debe funcionar a una temperatura entre los 1.200 y 1.300 grados, es necesaria mucha leña y esta debe provenir únicamente de árboles de eucalipto. Los productores se asociaron con la familia Ceuppens, propietaria de la fábrica de pollos Pechugón, y establecieron un convenio de reforestación. La firma cedió un terreno de cinco hectáreas donde se plantaron estos árboles de manera a que 25 años después pueda realizarse el primer corte para colectar la leña.

© 2019 by Asociación de Artesanos Aregueños

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